10 de noviembre de 2009
Seguridad Fashion (ampliado)
7 de noviembre de 2009
Argumentación y respuesta.
En primer lugar quiero pedirle disculpas, porque en principio asumo que el 50% de lo que tal vez no entendió de mi post es en efecto mi responsabilidad. Y no tengo ningún prurito en asumirlo así. Mi artículo no era en contra del Sr. Benecci, sino en desacuerdo con un par de ideas puntuales que presentó. Por eso no me dediqué a insultarlo como persona, y sí traté de argumentar contra esas ideas, lo cual no me parece pecado ni motivo de rabia. Es simplemente mi argumento contra el suyo. Ambos tenemos el mismo derecho a tener ideas distintas. Pero para explicar mejor mi punto, pues entiendo que hubo algo que omití, partiré esta vez desde lo que comparto con Benecci.
Estaría de acuerdo con Benecci que nuestra educación es bastante mediocre. Comparto que el uso de nuevas tecnologías es recomendable, y no solo el videobeam, hay que meterse en internet, abrirse cuentas en Facebook, en Twiter, revisar videos en Youtube que puedan ser útiles para ilustrar ciertos contenidos, escuchar canciones pertinentes para reflexiones académicas o de la vida misma y pasárnoslas con los alumnos por bluetooth o qué se yo cuántas cosas, hacer juegos de búsqueda en internet sobre temas (en páginas serias que no sean elrincondelvago.com, por ejemplo), y en eso nuestra educación es mediocre, aún no hemos descubierto el poder que tiene la tecnología, al contrario, a veces tnemos una barrera y no entendemos que en ese mundo se mueve el conocimiento actual de nuestros chamos. Y no solo a nivel de escuelas. La cosa pasa hasta en la universidad. Y allí comparto también con Benecci el punto del Liderazgo educativo. ¿Se imagina la conexión entre los estudiantes y sus maestros si el maestro anda en "la misma" onda que los chamos? y en la línea que usted resalta diría ¿Se imagina todo lo que podemos aprender de lo que le pasa a nuestros estudiantes compartiendo esos espacios y la oportunidad de hacer una buena orientación no solo académica, sino también de vida, ya en los espacios presenciales? La cosa se pierde de vista, y nosotros aún no lo vemos, hablando a modo general bueno, empezamos por recordar el decreto presidencial de gastos suntuarios en el que incluye los gastos de uso y ampliación de redes y servicios de internet en instituciones públicas -incluyendo las educativas- en el rango de "Lujo", y según ese decreto en "prescindible").
2 de noviembre de 2009
"Y el loco soy yo!"... decía el merengue aquel.
Hoy me pasó algo realmente difícil de procesar, incluso en toda esta situación-de-país que todos los días se bate a duelo con nuestra capacidad de asombro. Resulta que mi urbanización tiene dos acesos desde la avenida. Uno de ellos tiene dos portones, uno de entrada y uno de salida, y que es para los propietarios que pagan condominio. El otro acceso, a escasos 500 metros, es de brazos y permanece abierto la mayor parte del tiempo, porque hay un centro educativo. Pues resulta que últimamente se ha vuelto costumbre en el acceso de propietarios que la gente usa el portón que esté abierto, sobre todo quienes no tienen control, causando no más de una incomodidad a quienes lo usamos en las direcciones correctas.
Por eso hoy al mediodía llegaba del trabajo y abro mi portón de entrada, y cuando estoy a mitad de portón una señora en un carro gris se detiene delante de mí para "salir por la entrada". Yo todavía le abro con mi control el portón de salida, para que salga sin problema, y le hago seña para que salga "por la salida". Mi sorpresa es que la señora me dice (por señas) "¿Por qué? Ella iba a salir por por allí (por la entrada)". Pensé que no había entendido y todavía le hago seña con el control que la "salida" estaba abierta. Pero no.
Ya me desencajaba la señora, que me veía con esa cara que traduce "Este hijueputa me abre el portón de salida cuando yo lo que quiero es salir por la entrada". Yo que pude haber sido realmente "hijueputa" y no abrirle ningún portón y mandarla directamente al otro acceso. Pero no. Entonces, aprieto el botón del control una vez más, para que la salida se abra de nuevo y le hago seña para que entienda, porque la cosa ya era personal. No podía creer que esta señora no entendiera que le estaba haciendo la cortesía de abrirle el condenado portón de salida para que ella saliera!!! (lo repetitivo es adrede). Y he aquí que a la doña no se le ocurrió otra cosa que sacar un estuche de maquillaje y ponerse colorete en los cachetes!!!
Entonces, adelante tan solo un poco para que el portón de entrada pudiera cerrarse, y esperé a que el portón de salida también se cerrara. Luego me acerqué lo suficiente a la puerta del carro de la señora y le dije bien fuerte, seguro de que me oyera: "Por malcriada y bolsa ahora va tener que dar la vuelta hasta el otro acceso, para que aprenda". Me monté en mi carro y avancé hasta mi edificio. No sin esperar un tiempo a ver cuánto tardaba el carro en pasar. Efectivamente 2 minutos después el carro gris de la señora pasó frente a mí en dirección al otro acceso. Presumo que no llegó más nadie a entrar "por la entrada".
Creo que el punto está claro. Cada vez nos importan menos las normas. Querer hacerlas cumplir es incluso más difícil. Porque además es un signo de debilidad para el que la infringe: todo el mundo lo puede hacer y ahora viene este a decir que no yo no puedo. Debe ser por eso que la señora del carro gris no aceptó la cortesía de que le abriera el portón. Lo que preocupa es que si no somos capaces de seguir las más básicas y mínimas normas de convivencia en nuestra comunidad, y no caer en cuenta de ello cuando un vecino nos llama a capítulo... ¿qué estamos esperando de nuestras autoridades y gobernantes?