26 de septiembre de 2010

Información en las Elecciones Parlamentarias 2010

De toda la información que correrá en la internet el día de hoy, les recomendaría chequear la iniciativa de CoverItLive que ha promovido la periodista Iria Puyosa y un buen grupo de amigos y colegas. Puedes acceder haciedo click en el botón de PLAY.



21 de septiembre de 2010

Tecnología malcriada: Frankenstein a la mano


Esta mañana vi a una mujer entaconadísima bajar las escaleras del centro comercial con un bebé en brazos, de unos 3 meses máximo. Y la mujer no solo bajaba las escaleras, sino que además iba con la mirada dividida entre los escalones que difícilmente veía y el celular en el que escribía algo. Me dio terror la imagen, ¿cómo acabaría la escena si la mujer "pelaba" un escalón? ¿Qué podría haber sido tan importante que no podía esperar a llegar a planta? Tan peligroso bajar las escaleras con bebé en brazos mientras escribes en el celular como cuando escribes en el celular mientras manejas. Las consecuencias pueden igual de catastróficas. Y la mujer lo sabía, pues cuando pasé a su lado atajé el comentario que le hacía a su amiga: "..me da un pánico que me pase lo que una amiga que se cayó...".

Y entonces uno se revisa un poco y se da cuenta que una herramienta tecnológica maravillosa como el celular se vuelve contra uno. Es nuestro Frankenstein moderno: la tecnología que se apodera de nosotros y de nuestra voluntad. Como en la película Matrix, Neo se preguntaba cómo había sido que las máquinas comenzaron a utilizarnos a nosotros cómo herramientas? Viendo a esta mujer luchando con los tacones, la escalera, el bebé en brazos y el celular pensé... así comenzó. Y me confieso, yo también he sucumbí alguna vez a la idea de escribir un SMS muy breve mientras camino, o manejo, de esos de "sí" o "no". ¿Qué daño podía causar? Respuesta obvia.

Se me ocurre que podemos, si lo pensamos tan solo un poco ponerle límites a la tecnología, cómo se los ponemos a nuestros hijos cuando nos solicitan atención en momentos en los que estamos realmente ocupados, y les decimos "No hijo, más tarde, ahora no puedo". Mientras estamos en marcha en el carro y suena el aviso de mensaje, podemos esperar a detener el carro en nuestro destino (Nota mental: superar la tentación del semáforo rojo). Mientras atendemos a un cliente, podemos esperar a que terminemos con todos los clientes (¡medidas extremas e impopulares!), y otros tantos ejemplos, que puden resultar cliché, pero aún posibles.

Es el tema de la "obligación a estar disponibles", de la que hablaba Renny Gleeson en aquella charla TED sobre trucos antisociales con celulares. Nada es tan urgente que no pueda esperar un par de minutos, quizás 20. Nadie nos retirará de su lista de amigos si no atendemos una llamada o devolvemos un mensaje inmediatamente si estamos en una actividad que requiera nuestra total atención. No los perdimos en los años en los que el celular no existía, no los perderemos ahora. Más importante que eso, es más seguro no estar tan disponibles y darle a la tecnología su puesto, y no convertirnos nosotros en la herramienta... como con los niños malcriados.

20 de agosto de 2010

Cada quien tiene su página de sucesos

Tal como me lo envió por correo, me tomo la libertad de publicar este artículo de Luisa Pernalete, de Fe y Alegría sobre la inseguridad que ni siquiera sale en las páginas de sucesos, y por supuesto ni siquiera alcanza la censura:

"He estado pensando en la posibilidad de que los periódicos eliminen su página de sucesos. Sería bonito, pero no porque se esconda o maquille la realidad sino porque esta haya cambiado, que nos dieran como noticia, por ejemplo, que el día anterior no hubo ninguna muerte violenta en el país. ¡Sería una gran noticia para la primera plana! Hay que trabajar duro para esa utopía. Pero en estos momentos no variaría nada que la prensa diaria dejara de tenerla, pues cada venezolano tiene su propia página.

Estoy pensando en las historias, que queriendo y sin querer, recojo cada día. – “Yo veo armas desde hace años, profe. Cerca de mi casa viven unos miembros de una banda y ellos salen con sus armas como si nada” -, me contó un adolescente en San Félix hace poco. Ahí está su página. “Yo vi una noche como violaban a una mujer en el terreno baldío frente a mi casa. Fueron tres. De ella no supe mas, pero a los violadores los veo a diario caminando por el barrio”. Ahí está su suceso, grabado en la memoria. “Yo he visto este año tres muertos por balas”, empezó su historia un pequeño de quinto grado, ¿tendrá 10 años?, tal vez menos, y añadió “el último que vi, todavía temblaba”, detalló. Esa fue su página, sin necesidad de fotos. Una prima, de Maracaibo, me contó que su hijo, de tres años, ya ha presenciado dos veces atracos a mano armada, su padre ha sido

víctima del hampa andando con el pequeño. Este no sabe escribir aún, pero ya tiene su página. Con los cuentos de los taxistas, ya podría yo escribir un libro: cada uno tiene un suceso casi a diario. Pienso también en la maestra Ana, después de varios atracos en los buses camino a la escuela, ha quedado traumatizada, y la última vez, se tiró por la ventana de la unidad. Asiste a consulta con un pisicólogo. Esa tiene varias páginas, ninguna ha salido en prensa. Diecisiete adolescentes me dijeron que oían tiroteos en su comunidad todas las noches, y más de una bala suelta ha llegado a su objetivo: matar a alguien. La muerte violenta sale en los diarios, pero los tiroteos, alimentados con armas de fuego, no salen, no se ven en fotos, pero los niños y adolescentes los oyen. Yo tengo la mía: los pupitres vacíos de los alumnos y alumnas, que han muerto por balas. Incluye el dolor de sus madres y los de sus compañeros de clase. En realidad tengo varias páginas.

En fin, puedo escribir un diario completo con puros “sucesos”.

Tal vez tengan razón: no hacen falta las páginas de sucesos en los periódicos, cada venezolano tiene la suya, con el agravante de que los números son respaldados con nombres, rostros e historias. No requieren fotos.

Luisa Pernalete"

La imagen fue tomada del blog avionesamarillos.blogspot.com

10 de agosto de 2010

¿Cuál en tu sueño, hermano?

"¿Y tú estás metido en esto por un juego de fútbol?", le pregunta un malandro a Daniel, el hermano menor que ha conseguido la oportunidad de jugar para el Caracas Fútbol Club, y que a la vista de todos está haciendo un sacrificio incontable para lograrlo. Daniel se está callando un secreto sobre una tragedia familiar, cosa que a cualquiera le podría parecer increíble, incluso egoísta. De hecho, cuando su hermano Julio se lo echa en cara ("Ahí tienes tu sueño, hermano"), ni siquiera nosotros, espectadores que conocemos el secreto y la motivación bienintencionada de Daniel, sospechamos el alcance de tamaño sacrificio.

En "Hermano", de Marcel Rasquín, se enfrentan el cortoplacismo y la visión a futuro de lo que puede ser nuestro bienestar. Acostumbrados como estamos a resolver lo inmediato, a "apagar incendios" como decimos, perdemos de vista que para lograr cambios significativos en nuestra calidad de vida pasa también por realizar grandes sacrificios, y hacer lo correcto. Creo que el ejemplo más claro que me viene a la mente es el pago de "matracas" a los fiscales de tránsito: es más fácil pagar la matraca que pagar la multa (que además tenemos merecida para no tener nuestros papeles en regla). Pero podemos encontrar cientos de casos que aplicarían.

Lo difícil es superar la expectativa de ver los resultados del sacrificio -que para nosotros es significativo- a corto plazo, y de pensar que si no vemos concretado el bienestar para nosotros mismos, pues, no valdrá la pena, lo cual nos entrampará en un círculo vicioso del que es muy duro salirse. Por eso me gusta la propuesta de "Hermano", y la posibilidad de hacer lo correcto más allá de nuestras cuotas de comodidad. Es posible que los cambios no los veamos inmediatamente, pero definitivamente estaremos construyendo un mejor lugar para vivir para los que vienen.




NOTA: Este post fue publicado originalmente en el blog El Ritual, donde estoy publicando lo que me gusta de las películas que veo.

5 de agosto de 2010

Nadie Tiene la Culpa de las normas odiosas en los comercios (Podcast)

¿Qué pasa cuando queremos entrar con comida de McDonalds a la sala del cine y no nos dejan? ¿Está bien eso, o es un atropello? ¿y cuando nos piden que dejemos nuestros bolsos en un estante a la entrada de la tienda? ¿Vale tratarnos a todos como delincuentes en potencia, o no hay otras medidas de seguridad más cordiales para con los clientes?

De esas normas odiosas estuvimos conversando con Aiskel Andrade, abogada y politóloga, a ver si hay alguna manera de conciliar el derecho del cliente con el derecho de la empresa, un tema que a veces no es tan sencillo de resolver... y a veces ni siquiera nos damos cuenta de que tal conflicto de derechos existe. Pero bueno, al fin y al cabo nadie tiene la culpa...

Nos presenta nada más y nada menos que Frank Carreño, venezolano, locutor y actor de doblaje, creador de la academia Voces de Marca, y a quien puedes seguir en @vocesdemarca para enterarte de castings de voces, talleres y artículos de capacitación en radio. ¡Recomendado!

NOTA: Para escuchar el audio solo tienes que hacer click en el título de este post.

PD: El sugestivo aviso de prohibido prohibir lo tomamos de elzahnirreal.blogspot.com

27 de julio de 2010

El dedito de María Corina Machado

Esta mañana conversaba vía twitter con Arnaldo Espinoza sobre la campaña de imagen publicitaria de María Corina Machado, y me compartía una máxima sobre piezas publicitarias difícil de refutar: "Es una mala campaña cuando al verla se te ocurren 200 chistes":


Fuera de broma, el diseño es comunicacionalmente chocante. Podríamos hablar de que hay mucho blanco y resulta un tanto plano -bastante plano, en realidad-. La postura de María Corina está ligeramente inclinada hacia adelante, luce cansada, contando que tiene tan poco maquillaje, pero que aunado al hecho de que todo es blanco, más que "fresca y natural" parece eso, cansada, repito. El dedo que muestra es del brazo que está más al fondo, pierde fuerza; voy a caer en lo del dedo ahora, pero suponiendo que fuera el mensaje más adecuado, el dedo debería ser de la mano que está más al frente (el de su brazo izquierdo). Las letras "¡por aquí!" pierden fuerza, primero porque están montadas en la imagen de María Corina y no parecen tener su propio espacio de lectura; y repito, "suponiendo que ese fuera el mensaje más adecuado" yo lo pondría en ¡MAYÚSCULAS! porque es el mensaje que de cierre. Podríamos seguir con el público meta de la campaña: ¿es el elector ya cautivo, es el ni-ni que nadie quiere cautivar, es Chávez? En fin, podríamos hacer desguace con esta pieza.

Pero voy con "el dedo", el "por aquí" y "los 200 chistes" de @Naldoxx. Un candidato mostrándole "el chiquito morao" al comunismo es una idea graciosa, un tanto ambigua por el obvio meta-lenguaje del "chiquito morao", pero graciosa. Osada. Pero si el candidato fuera Er Conde del Guácharo, Claudio Nazoa, Laureano Márquez, que son unos tipos dados al humor... no María Corina, ella no es graciosa, ni simpaticona, ni echa broma en sus apariciones en los medios. No digo que salga con cara de brava, frunciendo el ceño. Puede ser más fresca, pero no una "tipa graciosa e irreverente". Sus asesores de imagen y publicistas deberían saber eso. Por lo tanto, cuando María Corina Machado hace campaña mostrándome el "chiquito morao", sigue siendo osado, pero a mí, inmediatamente me hizo recordar una cuña de otro buen amigo argentino, periodista y publicista, que formaba parte de una campaña para motivar la participación ciudadana:



Ojo, nada en contra de María Corina Machado... el rollo son sus asesores de imagen y jefes de campaña a quienes se les fue este, a mi juicio, pequeño desatino publicitario...

20 de julio de 2010

¡¡¡Cambiadores del país, uníos!!!

Llegaba ahora a casa y en el estacionamiento del edificio veo a un grupo de chamos de bachillerato, y a pocos metros de donde estaciono mi carro está uno de ellos, medio escondido por un árbol no muy grueso, orinando la pared. Como no es la primera vez que algún amigo de vecino (de bachillerato o bastante más grande además) utiliza la pared del estacionamiento como "aliviador de urgencias", me bajo y voy hacia el grupo a esperar al "orinón", que se tardó más para sacudirselo, guardarlo y caminar de vuelta que borracho despidiéndose.

Luego de un cordial "buenas tardes", la pregunta obligada era saber si el amigo tenía algún problema de esfínteres que justificaba no haber ido al baño de la casa del vecino en un tiempo no mayor de un minuto que era el lugar más apropiado? La primera respuesta del vecino, instintiva como cuando uno lucha por la supervivencia, con los ojos moviéndose rápidamente buscando una ruta de emergencia: "Sí, yo le dí la llave de la casa para que fuera, pero no sé por qué no fue". Antes de que pudiera decirle que igual iba preso, otro de los compañeros tomó la palabra y respetuosamente dijo: "Señor, usted tiene razón, no es el lugar y no hay excusa. Disculpe." Acepto la disculpa y les comparto un par de palabras sobre cuidar el lugar que nos es propio y me voy.

Recordaba que cuando trabajaba en los talleres de ALER compartiendo temas de Comunicación y Desarrollo, un punto central del enfoque era el amor por el lugar. El amor por el lugar no era ese argumento -en muchos casos llega a ser un cliché- de que se está en el mejor país del mundo, sino que el simple hecho de que es el lugar donde se vive, donde tenemos que salir adelante, criar a nuestros hijos, etc. vale la pena cuidarlo y participar activamente para que sea, si no el mejor lugar del mundo, sí el mejor lugar posible. Por supuesto, resumido en 2 líneas.

No es la primera vez que lo digo, pero cuando nos quejamos de los gobiernos, de los políticos, del alcalde o de la junta de condominio, ¡y rogamos al cielo para que los cambien para que todo se arregle! perdemos de vista que nosotros también somos "parte del paquete"... que hay que cambiar. Creo que algo urgente es cambiar nuestro sentido de pertenencia al lugar, al más cercano, a nuestra casa y los espacios que compartimos con los vecinos. ¿Cómo permites que un amigo venga a orinarte las paredes de TU edificio? ¿Cómo le permites a un amigo que deje las botellas de cerveza tiradas en el jardín que es TUYO y de TUS vecinos? Y podríamos seguir preguntando...

Una vez que superamos eso, ah, entonces comenzamos a querer otros espacios, y tenemos una conciencia real de cómo y por qué exigirle a la junta de condominio, al alcalde, a los políticos, al gobierno que cuiden al edificio, la ciudad, al país. Porque los cambios no van a venir por decreto desde arriba. Podrán venir mejores leyes y políticas, pero eso de nada sirve si nosotros mismos no cambiamos nuestra relación con el lugar donde vivimos, desde detalles como éste del amigo "orinón" de mi vecino.

¿Podemos comenzar cambiando eso?

PD: La escultura es del checo David Cerny en República Checa, tomada de http://www.taringa.net/posts/arte/3175091/20-Curiosas-Esculturas.html

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