9 de septiembre de 2008

COMANDO X, o ¿qué tiene de malo un cine con corazoncito político?

Podemos partir del principio de que la "libertad de expresión" aplica para todos, propios y ajenos, de una tendencia ideológica y de quienes la adversan, o adversamos. Creo que es el caso de "COMANDO X", una comedia (para mí, sin mayores pretensiones que la comedia en sí, y me voy a referir exclusivamente al trasfondo "político" del filme y no a la calidad estética de la película) de José Antonio Varela. Un grupo de "escuálidos radicales" intenta tumbar al gobierno, y como en toda comedia que se precie de serlo, son caricaturizados al extremo ridículo. ¡Arde Troya! El público se divide, entre los opositores que se sienten ridiculizados y condenan un tinte político pro-chavista, chavistas que la ven como un fiel, justo y único retrato de la oposición, y el resto que no le ve mayor cosa y dicen "bueh... es una comedia... no un documental...". Pueden darse una paseadita por algunos foros (les recomiendo el de Blogacine, como botón de muestra de las pasiones).

El asunto es, en un país como el nuestro qué tiene de raro -o condenable- canalizar a través de una película una posición política? Comando X no es la primera que lo hace (ni siquiera del lado oficialista), y no tengo ningún problema si tampoco es la última. Porque, aquí entre nós, ¿cuál es el peligro? Ah! que es "ideologizante"... Pues a menos que sea la única película -y lo único- que usted vea de aquí a 5 años, 10 veces al día, pues yo le diría que no tenga ni el más absoluto temor, que la cosa no funciona así, a la primera; nadie se volverá chavista por ver Comando X (así como nadie se volverá antichavista solo por ver El Señor Presidente, con las diferencias literarias del caso). Ah! es que los personajes están "estereotipados"... pues es una comedia, y los personajes caricaturizados parten de "estereotipos" llevados al extremo, justamente: el bueno inmaculado que no rompe un plato, la chica pobre pisoteada por la vida que encontrará su principe azul y mollinario (o una herencia desconocida), la sifrina que lo tiene todo (incluso está buenísima), el gordito don nadie pero que sueña con serlo, el policía bueno y policía malo (lo mismo para los ladrones) y pare usted de contar. Los "estereotipos" son solo eso, y en una comedia son lo más normal. Ah! Es que lo financió la Villa del Cine con dinero de todos los venezolanos... Bueno, eso sería otro asunto, válido de discutir, pero en todo caso creo que el que se va a ofender con Comando X se va a ofender fináncielo quien lo financie (aunque sí, aquí abogaría porque la Villa tuviera el guáramo de financiar un proyecto, de cualquier género, que fuera crítico hacia el gobierno, o presentara ideas no perteneciente al sector chavista, digo, si le interesara demostrar que no es una institución pro-gobierno y sí una institución de Estado, que es tan distinto).

Habría que insistir en el hecho de que es una "comedia" y no un "documento periodístico" que tenga que reflejar todas y cada una de las posiciones políticas que hay en este país... tan diverso, por cierto. Es como ver la última de Indiana Jones y criticarla porque está menospreciando a las culturas incaicas sugiriendo que Machu-Pichu y Nazca son "productos" extraterrestres... Es Indiana Jones, no "History Channel". Lo mismo aquí.

El rechazo a la caricatura burlona de una "oposición ultraradical que obsesionada por tumbar al gobierno sea capaz de plantearse volar las torres de Parque Central" también puede que tenga un poco de temor a que la cosa pueda reflejar algo de verdad (¿alguien se atrevería a negar que hay ejemplos de dónde inspirarse?). Afortunadamente la realidad nos dice que la mayoría de los que se oponen al gobierno NO comulgan con esas "maneras de resolver las cosas". Es que justamente de esos grupos extremistas irracionales es de quienes habría que burlarse hasta el cansancio. ¿Habría espacio también para burlarse de los extremistas gobierneros? Pero por supuesto, me reiría con gusto y a carcajadas de ambos; de repente y así se dan cuenta de lo ridículos que nos resultan ambos extremos a todos los que estamos tratando de sobrevivirlos. Digo esto último en el supuesto de que no es lo que queremos, porque si fuera lo que queremos, entonces no habría ningún problema con la película, más allá de sentirnos descubiertos, jajaja.

Por supuesto, no estás obligado a pensar igual que yo en este tema, pero particularmente creo en el cine como un espacio para compartir, incluso visiones que pueden ser contrarias a las mías; un espacio para ver lo que otros quieren expresar, y no necesariamente para que los directores hagan lo que hubiera querido yo que hicieran. Me es difícil pensar en un cine a la misma medida de griegos y troyanos por igual. Así que no está mal echarles un ojo, de repente descubrimos que nos une exactamente lo que ambos rechazamos. El extremismo.

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