17 de abril de 2010

El día que se acabaron las alcabalas.

Aquel funcionario público al que se le ocurra algún día acabar con la matraca de cuerpos de tránsito o policiales, tendría que obligatoriamente acabar con las alcabalas. Las alcabalas son la tentación para matraquear que el Estado le ofrece a cualquier efectivo de seguridad, sea honesto o no. Como decía la abuela: "es la oportunidad que hace al ladrón". Y ojo, más fácil que apostarle a la rehabilitación de los corruptos mediante charlas, terapias psicológicas, limpieza anti-corrupción, es simplemente eliminar estas oportunidades (o por lo menos una de ellas, que es la alcabala).

¿Qué haría yo? Pondría a funcionar la automatización en la que se viene trabajando en el Instituto Nacional de Transporte y Tránsito Terrestre, pero no para burocratizar trámites. Imagínense que mi nombre está en una base de datos (que ya lo está, de hecho), y a mi nombre están asociados los documentos y trámites que tengo con el INTTT (licencia de conducir, vehículos registrados, pago de trimestres, documentos que ahora mismo se gestionan de manera digital). Incluso los certificados médicos podrían pasar a ser digitales, se me ocurre. Como estos documentos están en un sistema, podrían hacer cuenta de los tiempos de vencimiento de cada uno y tenerlos ahí registrados. Cuando llega el tiempo de vencimiento, el sistema te lo indica, y depende del caso emitirá automáticamente la correspondiente multa, hasta que el usuario vuelva a estar en regla.

Así, no necesitarías la persecución en las alcabalas a ver si estás en regla para matraquearte, porque el sistema ya te tendría registrado con tu falta. Por supuesto, en este caso ¿cómo se presiona al usuario a ponerse al día? En un sistema interconectado una persona con documentos fuera de norma no puede tramitar servicios relacionados al carro sin estar al día: compra-venta, revisiones, seguros, etc. Creo que sería un contrapeso suficiente: tienes derecho a documentos de tránsito y a recibir servicios de trámites, pero tienes la obligación de estar al día, nadie te persigue, pues no hace falta, con un sistema que no permita bajo ningún comando saltar la norma (que es otro asunto para pensar, pues el sistema es manejado por personas, y de anteojito me imagino, ya no la matraca sino el soborno de los multados, que es otro tema también).

El cuento es que el día que se acaben las alcabalas -haciendo un buen uso de la tecnología en la intermediación instituciones-ciudadanos- es posible que matemos varios pájaros de un solo tiro: la disminución de la matraca, la reivindicación del trabajo de al menos dos cuerpos de seguridad ciudadana, y también comenzar un buen trabajo por la responsabilidad de los ciudadanos frente a la cultura de la legalidad en lo que tránsito de refiere, por lo menos.

Nota: Foto tomada de El-Nacional.com, de un foto-reportaje sobre el nuevo sistema de multas por internet que comienzan a usar los Fiscales en Caracas, cosa que creo que es buena para verificar el estado legal del conductor y el carro, pero abierto par la matraca igual.

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