En primer lugar quiero pedirle disculpas, porque en principio asumo que el 50% de lo que tal vez no entendió de mi post es en efecto mi responsabilidad. Y no tengo ningún prurito en asumirlo así. Mi artículo no era en contra del Sr. Benecci, sino en desacuerdo con un par de ideas puntuales que presentó. Por eso no me dediqué a insultarlo como persona, y sí traté de argumentar contra esas ideas, lo cual no me parece pecado ni motivo de rabia. Es simplemente mi argumento contra el suyo. Ambos tenemos el mismo derecho a tener ideas distintas. Pero para explicar mejor mi punto, pues entiendo que hubo algo que omití, partiré esta vez desde lo que comparto con Benecci.
Estaría de acuerdo con Benecci que nuestra educación es bastante mediocre. Comparto que el uso de nuevas tecnologías es recomendable, y no solo el videobeam, hay que meterse en internet, abrirse cuentas en Facebook, en Twiter, revisar videos en Youtube que puedan ser útiles para ilustrar ciertos contenidos, escuchar canciones pertinentes para reflexiones académicas o de la vida misma y pasárnoslas con los alumnos por bluetooth o qué se yo cuántas cosas, hacer juegos de búsqueda en internet sobre temas (en páginas serias que no sean elrincondelvago.com, por ejemplo), y en eso nuestra educación es mediocre, aún no hemos descubierto el poder que tiene la tecnología, al contrario, a veces tnemos una barrera y no entendemos que en ese mundo se mueve el conocimiento actual de nuestros chamos. Y no solo a nivel de escuelas. La cosa pasa hasta en la universidad. Y allí comparto también con Benecci el punto del Liderazgo educativo. ¿Se imagina la conexión entre los estudiantes y sus maestros si el maestro anda en "la misma" onda que los chamos? y en la línea que usted resalta diría ¿Se imagina todo lo que podemos aprender de lo que le pasa a nuestros estudiantes compartiendo esos espacios y la oportunidad de hacer una buena orientación no solo académica, sino también de vida, ya en los espacios presenciales? La cosa se pierde de vista, y nosotros aún no lo vemos, hablando a modo general bueno, empezamos por recordar el decreto presidencial de gastos suntuarios en el que incluye los gastos de uso y ampliación de redes y servicios de internet en instituciones públicas -incluyendo las educativas- en el rango de "Lujo", y según ese decreto en "prescindible").
Pero volviendo al punto, ya no aceptaría la visión que usar videobeam, ni siquiera con el argumento de que "el cerebro piensa en IMÁGENES no en palabras", es lo que hará mejorar la educación que se imparte en nuestras aulas, por muy buena idea que sea. Mi segundo párrafo expone el porqué. No me refiero a que lo del cerebro-imágenes-palabras sea mentira, (aunque podríamos conversar ampliamente respecto a las inteligencias múltiples y estilos de aprendizaje y de la gente que por más videobeam que tengas en clases, igual tendrá mejores resultados con otro tipo de estímulos), me refiero al buen uso que podríamos darle a un videobeam si nos hace falta, y el pésimo o irrelevante resultado de no saber usarlo. En todo caso, le comparto, con mucha humildad, esta presentación sobre el funcionamiento del cerebro y su relación con el aprendizaje http://www.slideshare.net/consuleduc/el-cerebro-y-el-proceso-de-aprender. Seguramente usted ya conoce los conceptos, pero igual se lo comparto. La primera parte es más sobre el proceso neurológico de cómo funciona el cerebro, para caer en los métodos de aprendizaje a partir de la diapo 86, revisando varias teorías y modelos científicos sobre el tema.
En ese punto de la tecnología y lo mediocre de nuestro sistema de enseñanza, pensaba en nuestro contexto. Pongamos que le compro la tesis del videobeam, sin ninguna objeción. Pregunto, ¿de dónde sacarían cada una de nuestras escuelas el presupuesto para tener un video-beam en cada salón de clases? Eso fue lo que insinuó Benecci, que cada maestra debería tener uno en sus salones. ¡Por supuesto que estaría de acuerdo en eso! Me parece genial que así pudiera ser... pero no, esa no es nuestra realidad. Entonces, la idea de superar nuestra mediocridad educativa se me hace cuesta arriba, según su insinuación, por no decir frustrante. Vamos dígame, aquí entre nos, tienen en su escuela un videobeam por salón? o está en los planes de la institución adquirir (¿cuántos?) videobeams para seguir los consejos del amigo Benecci? Con la morosidad en la matrícula que de broma da para pagar a los trabajadores y maestras, con el sobreprecio grosero con que venden esos equipos en el país, con lo difícil que se hace comprarlos afuera con el asunto del dólar y demás señas... Ahora piense que usted está en una escuela privada -según entiendo-... ¿cómo será en las instituciones públicas? Espero que comprenda por qué el argumento del videobeam, tal como lo planteó Benecci no me dio mucha esperanza. Pero en todo caso, es mi opinión. Y tengo derecho a disentir, y usted no está obligada a pensar igual que yo.
El tema del Parque de Disney, pues, bien, solo me referí a su pregunta. Lo explico ahora más detalladamente. Estoy de acuerdo con Benecci en el tema general del reconocimiento. Sí, la promesa de un premio puede ser motivante. No, no estoy de acuerdo con que Disney sea el modelo aspiracional de reconocmiento, o en los términos que dijo "Cómo no han ido a Disney? Qué tipo de maestras son?" palabras más palabras menos. Comparto con Benecci la idea del viaje. Sí, salir del país (incluso le diría que salir de la ciudad al otro extremo del país simplemente) te da muchas perspectivas, amplia tus horizontes, todo lo que usted quiera. Pero si de eso va a depender la calidad de nuestra educación y la motivación de nuestras maestras y niños... usted me dirá. Ojalá todos pudiéramos viajar por el mundo, y no solo a Disney, Brasilia es una ciudad que te hace sentir "en otro planeta", Quito es interesantísima cómo la línea ecuatorial y la "trayectoria" solar marcaron la construcción de la ciudad, la vida cultural y risiblemente accesible de Buenos Aires, el encanto de Bogotá o la ciudad amurallada de Cartagena, subir al Machu Pichu peruano, ojalá pudiéramos "cruzar el charco" y "vivir" Roma, Barcelona, ver con nuestros propios ojos cómo los alemanes "borraron" el muro de la vergüenza, entrar a la "Ciudad Prohibida", o conocer paisajes de pueblos no tan renombrados pero cargados de historia y demás cosas para llenar los ojos y la mente. Voy a dejarle el ejercicio de adivinar, si le interesa, a cuáles destinos ya fui, pero no es lo importante realmente. Le confieso sin que me quede nada por dentro, sueño, no perdón, tendría que ser en mayúsculas: SUEÑO! con ir a Egipto, por razones que harían muy largo este mail. Y le voy a decir más, aunque le cause risa, tiene usted razón, nunca he ido a Disney World. No tiene usted razón en sus insinuaciones sobre el reconcomio y frustración de no poder llevar a mis hijos, ni mucho menos ese "chavismo" que usted me endilga tan fácilmente sin haberse leído unos cuantos escritos más de mi blog. Porque usted no me conoce, no conoce a mi familia ni qué tipo de educación me dieron, ni la escala de valores que nos inculcaron, jaja y ni se imagina cuán "miserable" es mi sueldo. Me encantará ir a Disney cuando pueda. Por ahora, nuestras prioridades familiares son otras.
Sin embargo, vuelvo al escrito. Ojalá los maestros tuvieran sueldos menos "miserables" como usted le dice al mío. Yo le puedo contar de los que conozco que no llegan ni a los 2 mil BsF. Una auxiliar de Preescolar gana solo salario mínimo. Usted me dirá. Ah, pero ni contar a mis amigas que trabajan en "públicos" que no cobraron TOOOODO el año escolar pasado. Ahora le preguntaría a usted ¿cuánto ganan las maestras en su colegio? ¿Es tanto así como para viajar a "Disney" cuando les provoque? ¿En serio estoy tan desubicado de nuestra realidad? No creo. Entonces, por eso cuando Benecci se asombraba de que en el auditorio no había gente (representativamente hablando) que hubiera ido a Disney y decía "¿Cómo va a ser?", pues me parecía una "motivación" fuera de contexto. Más nada. Nuevamente, es mi opinión, y tengo derecho a profesarla.
Así que entonces, le diría ya a usted personalmente. Está bien si a usted y a sus amigas les pareció fenomenal e indiscutible la charla de Benecci. La gente con la que yo compartí opiniones, pues nos pareció que estas cosas lo sacaban de contexto. Ahora, ¿no cree que es más educativo, ya que estamos ambos en el medio, debatir argumentos en vez de insultarnos? sobre todo en la base de cosas que usted no conoce de mí, y además veo que no se ha tomado el tiempo de averiguar. En todo caso no me importa si usted no sabe quién soy yo, ni de donde vengo, ni qué piensan mis estudiantes de mi. Me importa que en el mayor de los desacuerdos, usted que es maestra sepa ubicar argumentos y debatir mis ideas, y no insultarme. Insultarme no la hace a usted mejor educadora o ciudadana. Al contrario. Espero que reconozca que en todo este mail no le he respondido con los insultos con los que usted decidió responderme a mí.
Demás está decir, que a pesar de todo, será usted siempre bienvenida a discutir todo aquello en lo que no esté de acuerdo conmigo. Debatir los desacuerdos es el ejercicio más educativo que podamos practicar. Creo en eso, profundamente, espero que me crea. Espero además que entienda mejor lo que quise explicar y perdonar los posibles vacíos. Por último, espero que la próxima vez (ojalá la haya) me responda usted con un poco más de respeto.
Un abrazo fraterno.
Alfredo Calzadilla Tessari.
1 personas osaron a comentar este artículo:
Hola, Alfredo. Leí primero el post anterior y la respuesta de la profesora.
Lamento que una persona que enseña a otros responde, primero, anónimanete... Y, segundo, con tan pobres argumentos y, de paso, insultos.
Ahora, debo decir, no estuve en la charla. Pero estoy comenzando a formarme como docente y llevo rato entendiendo que debemos aprovechar los recursos tecnológicos para potenciar el aprendizaje de nuestros alumnos; sin embargo, no podemos depender de ellos porque hay múltiples variables que nos indican que no siempre están disponibles para nosotros y que se puede funcionar sin derroche tecnológico. Podría escribirte mucho más al respecto, pero en Internet se debe escribir corto y conciso.
BTW, qué altura tiene el nivel de tu respuesta. Como siempre, no esperaba menos de ti. Qué orgullo es ser colega tuya.
Un abrazo.
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