Más allá de la ¿polémica? idea "coyuntural" del presidente Chávez de andar revolviéndole el nombre a todo (digo coyuntural porque se le ocurrió en un acto con gente del mundo indígena, y si estuviera en Italia seguramente hablaría con orgullo del "lacio" que nos da el nombre, no sé), el asunto de cómo debería llamarse un continente es algo simpático para pensarlo. Es como ponerle nombre a los hijos.
Más de una vez he comentado sobre el libro de Homero Arellán, "Venezuela es un Invento", en el cual expone su tesis de que al que se le ocurrió comparar los palafitos del Coquivacoa con Venecia "nunca había estado en Venecia", así que Venezuela (o al menos el cuento) era el primer gran invento de nuestra tierra.
Creo en los nombres que significan algo para quienes lo llevan, y de esa manera definen la relación que uno establece con el lugar. Por ejemplo, me gusta lo de los chinos, que cuando se unificó el gran imperio chino le pusieron por nombre "Nuestra Tierra", que es lo que significa "China" en su idioma. Qué bonito. ¿Dónde naciste tú? En "nuestra tierra". Ya el nombre te incluye.
Ahora, América Latina. Primero, el "América" tampoco es que nos pertenezca mucho. Por Américo Vespucio, gran cosa. Si ahora sabemos que los vikingos llegaron primero. Incluso antes de los vikingos llegaron los primeros pobladores, dicen las teorías que cruzaron el estrecho de Bering, y tal. En fin, tampoco es lo que importa.
Creo que a estas alturas, poco importa si esto se llama América Latina, Latinoamérica, América del Sur, del Norte o Central (como canta Arjona "si el norte fuera el sur sería la misma porquería"). Más importante y urgente es superar barreras, pobrezas extremas, corrupción, conflictos internos, viejas rencillas, complejos, ansias de protagonismo. Se trata de ver cómo cada uno de nosotros, desde nuestro rinconcito en cada país, hacemos que esto sea un lugar en el que valga la pena vivir. Seas criollo, indígena, mestizo, árabe, gringo, africano. Nos llamemos como nos llamemos.
Ahora, América Latina. Primero, el "América" tampoco es que nos pertenezca mucho. Por Américo Vespucio, gran cosa. Si ahora sabemos que los vikingos llegaron primero. Incluso antes de los vikingos llegaron los primeros pobladores, dicen las teorías que cruzaron el estrecho de Bering, y tal. En fin, tampoco es lo que importa.
Creo que a estas alturas, poco importa si esto se llama América Latina, Latinoamérica, América del Sur, del Norte o Central (como canta Arjona "si el norte fuera el sur sería la misma porquería"). Más importante y urgente es superar barreras, pobrezas extremas, corrupción, conflictos internos, viejas rencillas, complejos, ansias de protagonismo. Se trata de ver cómo cada uno de nosotros, desde nuestro rinconcito en cada país, hacemos que esto sea un lugar en el que valga la pena vivir. Seas criollo, indígena, mestizo, árabe, gringo, africano. Nos llamemos como nos llamemos.
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Coincido absolutamente, más importante es el fondo que la forma... ! Al menos ahora.
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