No soy de los madrugadores. Cuando no me ha tocado ser miembro de mesa, pues voy como a las 10 de la mañana, para dar tiempo a que se instalen y arranquen las mesas, que se ajuste el ritmo en el flujo de votaciones de la mesa, y tal. Hoy, estuve a las 10 haciendo mi cola. Además que me llamó la atención ciertos cambios logísticos positivos en mi centro. Primero cambiaron la entrada, que ya no era por el estacionamiento, que había que atravesar prácticamente el colegio hasta llegar a los salones. Y segundo, que con esto se eliminaron la alcabala en la que uno llegaba hasta la reja que da entrada al área de aulas, donde se formaba una primera cola, para luego pasar al área de las mesas donde había otra colita más para votar. Ahora no. Uno entró directo a la mesa.
Sin embargo, casualmente la máquina de mi mesa se dañó (estaba emitiendo las pepeletas con los votos en blanco), así que pasaron 3 horas para que llegara una máquina de repuesto y se reanudara. De eso ya les conté en otra entrada más temprano. Pero les cuento qué cosas vi.
En primer lugar, me puse de último en mi cola y estaba chequeando el twitter, mientras un chamo delante de mí me ponía al tanto de por qué la mesa estaba en stand by. Todos estaban hablando con los compañeros de al lado, normal. De repente sale del salón una periodista con una cámara de una tv local. ¡Faltaba más! Una señora en la cola comenzó a gritar "Queremos votar! queremos votar!" una y otra vez, solita, nadie le hizo coro. Por supuesto, ¿adivinan qué hizo la periodista? Fue de inmediato a entrevistar a la señora, cuando toda la fila estaba tranquila. Eso me puso a pensar en nuestros criterios de selección, qué cosas son dignas de destacar. Nos encanta azuzar el escándalo, eso "vende". Por supuesto, después que la entrevistaron las cámaras, la señora no volvió a gritar...
Mientras esperábamos, los que estábamos cerca poco a poco comenzamos a hablar de todo. Obvio, la cosa comenzó por comentar algunas opciones de candidatos, que si era la primera vez que algunos votaban, que si unos no sabían por cuál diputado indígena votar, la cosa se pasó a los problemas de la ciudad y la basura, de lo cochinos que somos como ciudad, de la seguridad y la mala administración, del Caracas y el Magallanes (con el corolario de a qué equipos podían cambiarse los Magallaneros, jajaja); pero fue cómico porque en un grupo bastante pequeño había una buena representación de Cardenales, de Aguilas, Leones, Magallanes, en fin, multicolor; la crianza de los chamos y cuándo está bien complacerlos en todo, de lo difícil que es conseguir cupo en algunos colegios de la zona, de las teorías policiales de la muerte de Gamarra (extensivo al caso de los Leoni). En fin.
Finalmente nos llegó el turno de votar, y chau pescao, a ver si nos vemos en otra elección.
Sin embargo, casualmente la máquina de mi mesa se dañó (estaba emitiendo las pepeletas con los votos en blanco), así que pasaron 3 horas para que llegara una máquina de repuesto y se reanudara. De eso ya les conté en otra entrada más temprano. Pero les cuento qué cosas vi.
En primer lugar, me puse de último en mi cola y estaba chequeando el twitter, mientras un chamo delante de mí me ponía al tanto de por qué la mesa estaba en stand by. Todos estaban hablando con los compañeros de al lado, normal. De repente sale del salón una periodista con una cámara de una tv local. ¡Faltaba más! Una señora en la cola comenzó a gritar "Queremos votar! queremos votar!" una y otra vez, solita, nadie le hizo coro. Por supuesto, ¿adivinan qué hizo la periodista? Fue de inmediato a entrevistar a la señora, cuando toda la fila estaba tranquila. Eso me puso a pensar en nuestros criterios de selección, qué cosas son dignas de destacar. Nos encanta azuzar el escándalo, eso "vende". Por supuesto, después que la entrevistaron las cámaras, la señora no volvió a gritar...
Mientras esperábamos, los que estábamos cerca poco a poco comenzamos a hablar de todo. Obvio, la cosa comenzó por comentar algunas opciones de candidatos, que si era la primera vez que algunos votaban, que si unos no sabían por cuál diputado indígena votar, la cosa se pasó a los problemas de la ciudad y la basura, de lo cochinos que somos como ciudad, de la seguridad y la mala administración, del Caracas y el Magallanes (con el corolario de a qué equipos podían cambiarse los Magallaneros, jajaja); pero fue cómico porque en un grupo bastante pequeño había una buena representación de Cardenales, de Aguilas, Leones, Magallanes, en fin, multicolor; la crianza de los chamos y cuándo está bien complacerlos en todo, de lo difícil que es conseguir cupo en algunos colegios de la zona, de las teorías policiales de la muerte de Gamarra (extensivo al caso de los Leoni). En fin.
Finalmente nos llegó el turno de votar, y chau pescao, a ver si nos vemos en otra elección.
0 personas osaron a comentar este artículo:
Publicar un comentario