18 de noviembre de 2008

Yo voy a votar por ¡SHHHHHHHHH... es secreto...!

El asunto es el siguiente. Un periodista da la noticia en la radio o en la tele de que en tal oficina pública le preguntaron a una persona que realizaba un trámite "¿por quién votó usted?" Eso es pecado. A ese funcionario hay que denunciarlo, y destituirlo si es posible, porque es un derecho que el voto sea secreto, nadie tiene que venir a preguntártelo, y todo eso. Mañana, ese mismo periodista tendrá un invitado a su programa, y caerá en el tema de las elecciones, obvio, porque las tenemos encima, y ya finalizando el espacio, le pregunta "mira, ¿y tú por quién vas a votar?.."

Que el primer caso es violatorio porque está condicionando un servicio público al voto ejercido? Por supuesto. Ah, bueno, pero en el segundo caso no se le está obligando a nada, y es una pregunta para "hacer conversación, pues, si no la quiere contestar que no lo haga"? Pues también es violatorio el simple hecho de querer saberlo y además a los cuatro vientos. Por supuesto, para mí. Porque nadie tiene que venir a preguntarte públicamente cuál fue o cuál será tu opción de voto.

Pero se ha convertido en una práctica periodística muy común en tiempo de elecciones, que además convierte el derecho a votar secretamente en un chisme. Además, porque estamos claros que hay personajes obvios, de los cuales ya sabemos o podríamos inferir por quién votarían (aunque si por alguna razón secretamente votasen por otra opción, pues estarían en su derecho y no sería problema nuestro). El voto es un acto de conciencia personal, no un evento de la página de sociales.

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