El asunto es el siguiente. Un periodista da la noticia en la radio o en la tele de que en tal oficina pública le preguntaron a una persona que realizaba un trámite "¿por quién votó usted?" Eso es pecado. A ese funcionario hay que denunciarlo, y destituirlo si es posible, porque es un derecho que el voto sea secreto, nadie tiene que venir a preguntártelo, y todo eso. Mañana, ese mismo periodista tendrá un invitado a su programa, y caerá en el tema de las elecciones, obvio, porque las tenemos encima, y ya finalizando el espacio, le pregunta "mira, ¿y tú por quién vas a votar?.."
Que el primer caso es violatorio porque está condicionando un servicio público al voto ejercido? Por supuesto. Ah, bueno, pero en el segundo caso no se le está obligando a nada, y es una pregunta para "hacer conversación, pues, si no la quiere contestar que no lo haga"? Pues también es violatorio el simple hecho de querer saberlo y además a los cuatro vientos. Por supuesto, para mí. Porque nadie tiene que venir a preguntarte públicamente cuál fue o cuál será tu opción de voto.
Pero se ha convertido en una práctica periodística muy común en tiempo de elecciones, que además convierte el derecho a votar secretamente en un chisme. Además, porque estamos claros que hay personajes obvios, de los cuales ya sabemos o podríamos inferir por quién votarían (aunque si por alguna razón secretamente votasen por otra opción, pues estarían en su derecho y no sería problema nuestro). El voto es un acto de conciencia personal, no un evento de la página de sociales.
Que el primer caso es violatorio porque está condicionando un servicio público al voto ejercido? Por supuesto. Ah, bueno, pero en el segundo caso no se le está obligando a nada, y es una pregunta para "hacer conversación, pues, si no la quiere contestar que no lo haga"? Pues también es violatorio el simple hecho de querer saberlo y además a los cuatro vientos. Por supuesto, para mí. Porque nadie tiene que venir a preguntarte públicamente cuál fue o cuál será tu opción de voto.
Pero se ha convertido en una práctica periodística muy común en tiempo de elecciones, que además convierte el derecho a votar secretamente en un chisme. Además, porque estamos claros que hay personajes obvios, de los cuales ya sabemos o podríamos inferir por quién votarían (aunque si por alguna razón secretamente votasen por otra opción, pues estarían en su derecho y no sería problema nuestro). El voto es un acto de conciencia personal, no un evento de la página de sociales.
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